Reflexiones: ¿cuál es mi negocio digital?

Quizá contenga este artículo una de las pocas cosas importantes que me queden por contar en este blog. No es la primera vez que menciono el asunto, pero no por ello deja de merecer una reflexión más detallada que me propongo volcar a esta página hoy.

¿Cuál es (o cuál puede ser) mi negocio digital?

A mi modo de ver, en un mundo en que hacerse las preguntas adecuadas es más urgente e importante que encontrar la mejor de las respuestas, esa es una pregunta crucial que toda empresa debería ser capaz de responder… y por tanto que toda empresa debería hacerse, incluso si es para encontrar que la respuesta final deba ser «ninguno» (que creo que no).

Claro que, como suele suceder, cada pregunta importante guarda escondidas otras preguntas de interés. En este caso, por ejemplo, la de qué significa «negocio», porque de la misma manera que, cuando hablamos de «transformación digital», no deberíamos perder de vista que hablamos de «transformación» por encima de lo «digital», al hablar de «negocio digital» debemos tener muy presente que hablamos de negocio, cómo no…

Y es que hablar de desarrollar el negocio de una empresa suele conducir en primer lugar, casi inevitablemente, a pensar en crecimiento de ventas o de rentabilidad, cosa que implica que el «negocio digital» debería ser una forma de ayudar en ese crecimiento… lo que, como veremos a continuación, no siempre es así o, en grandes sectores como la industria, no siempre es sencillo entender cómo eso pueda ser así.

En cualquier caso, aceptemos, para empezar, partir de ese punto. Cuando una empresa se plantea crecer desde lo digital, piensa en primer lugar en la propuesta de valor: si ofrece servicios, en cómo ampliar su catálogo de servicios hacia el mundo de los servicios digitales; si ofrece producto físico, en cómo servitizar su actividad, añadiendo capas de servicio digital al producto susceptibles de monetización, tales como la gestión de los repuestos y la postventa, el mantenimiento predictivo en remoto (si se trata de bienes de equipo) o modelos de pago por uso (si resultaran factibles).

Por lo general, salvo honrosas excepciones, este modelo mental se completa con otro elemento que no genera ventas directamente, pero que tiene el mismo propósito finalista de «vender más y con mejor margen»: el marketing digital, que en unos casos es más sencillo de diseñar estratégica y operativamente (mercados de consumo) y en otros casos resulta con frecuencia un intangible cuyo rendimiento resulta difícil hasta de medir (negocios B2B). Otros propósitos, como la defensa de la reputación corporativa, son secundarios a la idea de crecimiento, o al menos de evitar en lo posible potenciales daños a la curva de ventas.

Este modelo de aproximación al negocio digital se queda, sin embargo, muy limitado para muchas empresas (por ejemplo las fabriles) porque está constreñido a la propuesta de valor («vender cosas digitales») y, como mucho, a la segmentación de clientes y al flujo de ingresos, que en ese tipo de empresas deja con frecuencia poco margen de maniobra, mientras que olvida otros elementos del negocio que igualmente pueden resultar en impactos positivos y directos a la cuenta de resultados, a corto o a largo plazo.

En efecto, conviene volver al canvas de modelo de negocio propuesto por Osterwalder y Pigneur para recordar que, sea cual sea nuestro negocio, éste se manifiesta a través de 9 elementos clave y no solo de 3… y que cualquier desplazamiento que se provoque en cualquiera de esos elementos tendrá impacto en la esencia del negocio e influencia en los resultados empresariales.

Me permitirán, por lo tanto, reformular la pregunta inicial a otra que nos conduce mejor (creo yo) a respuestas más poderosas: ¿cómo puedo repensar desde lo digital cada uno de los elementos de mi modelo de negocio, para extraer mayor valor del mismo?

Antes de iniciar un recorrido de alto nivel por cada uno de esos elementos, aprovechando las distinciones de Osterwalder, déjenme introducir un último ingrediente al puchero, una obviedad: mejorar los rendimientos empresariales no solo se consigue creciendo en volumen de ventas (lo que a veces incluso resulta ser una decisión contraproducente), sino mediante logros de diversa naturaleza que, no por bien conocidos por todos, no convenga recordar:

  • Mejorar el margen bruto mediante reducción de costes operacionales o de compra, lo que nos hace más competitivos y más rentables.
  • Ofrecer servicios no monetizables, que no generen incremento en los ingresos pero sí aporten diferencial competitivo que redunde en un incremento del potencial de captación de contratos con alto margen de rentabilidad.
  • Y otros como reducir los riesgos financieros (de inventario, de garantías, de pago), reducir los riesgos de mercado desde una estrategia de diversificación, acelerar y robustecer los procesos de innovación desde una perspectiva de empresa abierta y conectada…

En definitiva, tener muy presente que conviene no confundir el crecimiento en ventas con el incremento de la rentabilidad y asumir que el primero es solo una vía (muy habitual, es verdad) de buscar el segundo, el auténtico propósito de un negocio.

Cerremos paréntesis y vayamos por tanto a desgranar cómo puede entenderse el realizar, desde lo digital, desplazamientos más o menos radicales en cada uno de los elementos clave del modelo de negocio.

PROPUESTA DE VALOR

Que sí… que cómo no vamos a tener que pensar en ello, aunque sea el territorio más explorado… Claro que hay que pensar en clave de propuesta de valor digital, en todas sus vertientes… Pues empecemos por ahí, por lo más obvio que deberían preguntarse:

  • Mediante conectividad y capas de información embebidas, ¿puedo diseñar productos inteligentes o conectados («smart products«) que puedan interactuar con mis clientes (mi envase con un usuario cliente o cliente de mi cliente), con otros productos de mis clientes (mi reloj con el móvil o con el automóvil de mi cliente) o con sistemas de orden superior donde vayan a ser insertados por mi cliente (mi disco con un sistema de freno, mi medidor de nivel con un grupo hidráulico o mi portaherramientas con un centro de mecanizado) para incrementar el valor de lo que ofrezco?
  • Asociados o no a lo anterior, ¿puedo desarrollar servicios digitales, sean no monetizables (orientados a diferenciación competitiva y a mejorar en todos los sentidos mis ratios de conversión) o monetizables (que puedan generar ingresos adicionales e, incluso, que sean susceptibles de escalado a negocio en sí mismos, lo que les convertiría en estrategias de diversificación)? Ya veremos que a este punto regresaremos desde buena parte de lo que sigue… 😉
  • ¿Puedo vender datos de mi propiedad o explotar el acceso a los mismos? ¿Puedo acceder a datos ajenos para incorporarlos y reforzar mi propuesta de valor?

SEGMENTACIÓN DE CLIENTES

Segmentar bien a los clientes es crucial para adaptar la propuesta de valor a sus necesidades, así que las preguntas van a ir en esa dirección:

  • ¿Puedo utilizar sistemas de analítica avanzada de datos para conocer mejor a mis clientes, para segmentarlos mejor en función del atractivo que resulte para cada uno de ellos mi abanico de propuestas de valor, o para identificar qué puntos en su curva de valor debería desarrollar más o mejor?
  • ¿Puedo desarrollar mecanismos digitales de inteligencia competitiva para identificar necesidades latentes de clientes y mercados?

RELACIÓN CON EL CLIENTE

Hay sectores, como el automóvil, donde es el cliente el que establece cuáles deben ser los canales digitales de relación, que impone y exige. En otros sectores, como los de mercados de consumo, es el proveedor el que diseña, desarrolla y lleva al mercado formas digitales de relación con usuarios y clientes.

En el primero de los casos, ese hecho sirve con frecuencia de excusa para no plantearse gran cosa al respecto; en el segundo, desde lo digital suele mirarse al marketing y a la creación de marca por encima de la UX o CX… a pesar de lo que parece (o díganme, si no, qué producto no digital se compra más que otros competidores por la capa digital que incorpora u ofrece, a ver…). Con excesiva frecuencia se olvidan preguntas, como siempre, muy importantes:

  • ¿Puedo rediseñar o repensar digitalmente cada contacto de mis clientes conmigo o con mis productos, para aportar o extraer mayor valor? Hablo de cualquier «touchpoint»: desde cómo le presento una oferta o la defiendo técnicamente, hasta cómo resuelvo sus problemas de instalación o uso, cómo analizo, resuelvo e informo una reclamación de calidad del producto, cómo negocio una revisión de los compromisos de entrega, cómo homologo un proceso o cómo gestiono las garantías o las reparaciones. Como seguro que habrán advertido, todo esto es diseño de servicios: ya les avisé de que volveríamos al primer punto… 😉
  • ¿Puedo monitorizar el uso real de mi servicio o de mi producto (en todo su ciclo de vida), o el feedback de la prestación de servicios técnicos, para cuestionar, pivotar o robustecer mi propia propuesta de valor?
  • ¿Puedo aprovechar el potencial de la IA generativa y de otras formas de interacción libre, para que sea el cliente el que decida qué le interesa indagar de mí, empleando su valioso tiempo, en vez de ofrecerle una web estructurada, en el fondo, conforme a mis intereses? (creo que comprenderán que leer su interacción en el primero de los casos podría ser extremadamente más valioso para una empresa que los datos de SEO de los que hoy disponga).
  • O por ejemplo, sobre los datos de mi propiedad o los que pueda generar y almacenar: ¿podría utilizarlos para desintermediar la distribución?

CANALES

Si hablamos del canal por el que entregamos nuestro producto o servicio, a veces podemos pensar que es inherente al mismo, muchas veces porque es el estándar del mercado o porque siempre se ha hecho así y parece la forma natural de hacerlo. Sin embargo, una vez más, hay preguntas relevantes a responder:

  • Si entrego servicios, ¿mi estrategia es multicanal? ¿Atiendo los nuevos canales digitales que ganan exponencialmente relevancia entre determinados segmentos de clientes? ¿Entiendo cómo cada canal digital ofrece experiencias de uso o consumo diferentes y diseño mi estrategia de canal conforme a ello?
  • Si entrego productos físicos, teniendo en cuenta que ningún producto es ya un mero sólido, sino que incluye información, ¿por qué canal entrego las capas de información asociadas al concepto de producto extendido cuando existen? ¿Son aún analógicas? ¿Aportan valor al cliente o a mí mismo si las transformo (o complemento) en modo digital?
  • ¿Puedo asociar información adicional a la trazabilidad unitaria de producto, radicada en la nube, que genere un valor adicional a la transacción física en términos de información procesable? Fíjense que de nuevo hablaríamos en este caso, de diseño de servicios… 😉

SOCIOS CLAVE

De la misma manera que ya es una realidad incuestionable el concepto de producto extendido, resulta hoy también casi imposible encontrar empresas que no respondan a la noción de «empresa extendida» (aunque no tan raro que estén aún lejos de lo que postuló [CON]ex en su modelo de «empresa digital y extendida basada en el conocimiento»).

El valor que su empresa lleva al mercado tiene fuertes dependencias del valor que le entregan sus proveedores, sus aliados, sus socios tecnológicos y en general la práctica totalidad de sus grupos de interés… que a su vez tienen legítimos intereses en lo que su empresa hace y decide, porque de cuánto les satisfagan, dependerá fuertemente su disposición a colaborar comprometidamente o no en la sostenibilidad de su proyecto empresarial. Así, podemos hacernos preguntas como las siguientes:

  • ¿Puedo rediseñar el canal de relación con cada grupo de interés, orientándolo a la extracción de valor por ambas partes desde lo digital? ¿Me merece la pena hacer un análisis de canvas de valor para identificar qué satisface y qué molesta a cada uno en esa relación y cómo mejorar digitalmente las satisfacción de las expectativas mutuas?
  • ¿Puedo aportar digitalmente más agilidad en integrar a mis principales socios tecnológicos (proveedores, aliados, universidades o CC.TT. en sí) en la resolución de mis retos empresariales y en mis procesos de innovación?

ACTIVIDADES CLAVE

Todos los procesos principales de la empresa encuentran su sitio en este elemento del canvas. A lo largo de los últimos 30 años hemos estado ocupados en digitalizar estos procesos, tratando de facilitar la más óptima gestión de los mismos a través de los estándares que la digitalización impone de facto. Así, la mayoría de las empresas dispone ya de aplicativos digitales que soportan cómo compra, cómo gestiona la información de clientes y mercados, cómo desarrolla proyectos y controla el ciclo de vida de sus productos, cómo controla sus costes o cómo desarrolla a las personas.

¿Es posible hacer más, en términos de negocio? Sí… por supuesto que sí. Les propongo algunas preguntas que están en boca de muchos… pero que aún no tienen suficientes respuestas en la mayoría de las empresas (si es que tienen alguna):

  • ¿Puedo automatizar y robotizar procesos administrativos que no aportan valor, aunque sean necesarios? ¿Puedo dar pasos significativos en la hiperautomatización de procesos menores de esa naturaleza, que redunden en una mejora significativa de la eficiencia de los procesos clave a los que afecten?
  • Asumiendo como cierto que la digitalización se ha afrontado exclusivamente pensando en los procesos internos, ¿puedo reimaginar cada proceso desde una mirada sistémica que integre toda la cadena de suministro? ¿Puedo gestionar digitalmente la información para aportar valor a cada nodo de la cadena, reduciendo inventarios, simplificando los procesos administrativos, automatizando decisiones y en definitiva aumentando la competitividad de mi negocio (y de paso, fidelizando a mis socios clave)?
  • ¿Puedo optimizar los procesos de mantenimiento preventivo, mediante monitorización de variables de uso en tiempo real en vez de mediante periodos prefijados?
  • ¿Puedo mejorar mis procesos de planificación de producción y aprovisionamiento mediante modelos de predicción de la demanda o la programación mediante sistemas e-kanban extendidos a la cadena de suministro?

RECURSOS CLAVE

Hablemos ahora de los recursos físicos, intelectuales, humanos o financieros, que sean necesarios para que se sostenga con éxito un modelo de negocio. La lista de preguntas a hacerse aquí puede ser interminable. Vamos con algunas:

  • ¿Puedo gestionar mejor la vida de mis activos (maquinaria, edificios, utillajes…) mediante modelos predictivos de comportamiento, a través de soluciones de aprendizaje automático e inteligencia artificial? ¿Puedo plantearme modelos prescriptivos que guíen mis decisiones y actuaciones?
  • ¿Puedo construir modelos de consumo inteligente de energía, que impliquen la microprogramación del consumo en mis equipos de producción, la gestión de alertas por picos de consumo e incluso la gestión en tiempo real de la compra de energía?
  • ¿Puedo establecer modelos predictivos y prescriptivos, igualmente desde aplicaciones de aprendizaje automático e inteligencia artificial, para evitar la producción de defectos, o al menos para robustecer mis medios de control, mediante algoritmos que trabajen sobre información no estructurada (imágenes, por ejemplo)?
  • ¿Puedo optimizar el procesado de un producto semielaborado, de forma que la máquina identifique parámetros óptimos y se ajuste a ellos, en función de información asociada a la condición real de cada producto que le llegue?
  • ¿Puedo facilitar digitalmente el acceso al conocimiento explícito disponible en mi organización a todas las personas que trabajan en la misma? ¿Puedo facilitar su acceso a conocedores (internos e incluso externos? ¿Puedo habilitar a las personas para que conduzcan su propia carrera de aprendizaje a través de plataformas de conocimiento?
  • ¿Puedo implantar plataformas de trabajo colaborativo, virtuales y asíncronas, dotadas de gestores documentales, espacios de trabajo y capacidades de comunicación síncrona y asíncrona? ¿Puedo desplegar apps de comunicación y gestión de procesos administrativos relacionados con el trabajo?

ESTRUCTURA DE COSTES

Cabe pensar que intervenir digitalmente sobre la estructura de costes carece de sentido, porque no es algo de aplicabilidad directa sino más bien una consecuencia de realizar intervenciones sobre los elementos anteriores que, en todo caso, modificarán la estructura de costes o al menos los reducirán (y así nos harán más competitivos). Pero no es del todo así, porque aunque es verdad que la estructura de costes es una consecuencia, sobre el concepto de coste hay muchas preguntas importantes que hacerse:

  • ¿Conozco (de verdad) el coste de producción real de mi producto o servicio? ¿O me siento suficientemente satisfecho con un cálculo de costes basado en buena parte en estándares? ¿Tendrá que ver con las diferencias entre la rentabilidad con la que oferto y la que luego obtengo?
  • ¿Hay factores de coste que se asumen como estándar y que pueden convertirse en proporcionales? ¿Me ayudaría esto a priorizar los esfuerzos de mejora de eficiencia, o incluso a establecer estrategias de renegociación de precios?
  • ¿Puedo indexar factores externos de coste (como se hace con materias primas o energía en automoción) a la hora de trasladar ofertas al mercado? ¿Admitiría ese mercado esa variabilidad regulada en los precios (o en qué condiciones), a cambio de transparencia en esos costes que no están bajo mi control (ni el suyo)?

FLUJO DE INGRESOS

Vamos terminando, con el último y más obvio de los elementos del canvas… y es que en este caso, se trata de saber si lo digital permite hacer desplazamientos radicales en el flujo de ingresos de la empresa, que no fueran posibles de otra manera. Y en efecto, como en el resto de elementos, cabe preguntarse:

  • ¿Puedo monetizar alguno de los servicios digitales que ofrezco al mercado? ¿Puedo rediseñarlos para ello? ¿Cómo puedo entender y contrastar su valor? ¿Puedo escalar a unidad de negocio independiente alguno de esos servicios?
  • ¿Puedo (y es beneficioso) modificar el modo de comercialización por mis productos, pasando de venta a pago por uso, desde el control digital y en tiempo real de dicho uso? ¿Puedo (y es beneficioso) proponérselo a mis proveedores?
  • ¿Es posible e interesante comercializar mis datos para obtener retorno financiero de los mismos, desde mi mercado o desde otros mercados? ¿Qué datos de mi propiedad, en consecuencia, debo proteger y explotar?

Llegamos al final de un artículo que se tenía que alargar más de lo que últimamente les tengo acostumbrados, recuperando viejos hábitos de esta casa. 🙄 Y eso, sin ser exhaustivos, porque serlo podría terminar en una tesis doctoral o, cuando menos, un trabajo fin de grado.

Déjenme cerrarlo con un apunte adicional: muchas de las preguntas propuestas obtendrán respuestas que, en el fondo, acabarán siendo algo parecido a la prestación de un servicio (servicios entregados sobre nuevos canales de suministro, nuevas vías de relación y comunicación, nuevas formas de interacción con clientes y otros grupos de interés…). Pero eso da para otro post. 😉

La reflexión que aquí queda, va sobre interiorizar que, de la misma manera que todo desplazamiento radical de cualquiera de los elementos de un modelo de negocio, tiene impacto en el negocio en sí mismo (y de hecho, casi siempre fuerza desplazamientos en otros elementos del modelo), todo desplazamiento provocado digitalmente sobre uno cualquiera de los elementos del modelo, contribuye a crear lo que convenimos en llamar el «negocio digital» de la empresa.

Así que díganme… ¿cuál es (o cuál puede ser) su negocio digital?

Al menos, háganse la pregunta.

AÑO.15: balance y resumen

«Quince años tiene mi amor»… 🎵

La canción del Dúo Dinámico de 1960 (parte de la banda sonora de la película «Botón de ancla«), es la frase perfecta para describir el momento presente en este blog. Y es que uno le fue cogiendo cariño a esta casa tras los primeros meses viéndola crecer… en una demostración más de que el enamoramiento no tiene que ver con el amor.

Tras 15 años de bitácora, me siento muy a gusto con el hecho de que no haya habido ni un solo mes en el que no haya escrito al menos un post. Recuerdo a muchos que me dijeron que un blogger tenía que publicar con mucha más frecuencia (más de un artículo a la semana, por poner una referencia) para considerarse a sí mismo como tal… pero es que yo nunca he pretendido ser un blogger. Hoy es más un espacio familiar en el que me muevo con la seguridad de lo cotidiano, un lugar al que me gusta acudir y en el que me gusta estar.

Este año va a ser para mí un año de cambios. Terminará esa gran etapa de lo que se denomina «vida profesional», al menos en lo que ha venido siendo mi estándar… y comenzará una nueva etapa vital de la que espero disfrutar muchos años, aunque aún no sepa bien de qué manera.

Creo que para el blog también termina una etapa de madurez. Como en la vida de una familia, con el paso de los años ya se reciben menos «visitas» en casa. Como suele suceder al acabar la vida laboral, la atención se tiende a colocar en otras ocupaciones que en general son muy diferentes de las de tu etapa anterior (e incluso en otro tipo de «hijos»). Como en la vida misma… las cosas cambian.

Siento que también esta bitácora tendrá cambios a partir de ese momento clave y que quizá se produzcan en una dirección no muy alineada con lo que podría dictar la lógica: quizá el tener más tiempo no implique publicar más, sino lo contrario… quizá el salir formalmente del mundo de la empresa permita abrir otras perspectivas sobre la misma… o quizá no, quién sabe. Pero ya no faltan más que unos meses para que las incógnitas se vayan despejando por sí mismas.

El 15 es la «niña bonita« en los juegos de azar o el cambio de etapa de la niñez a la juventud, es una cifra que con frecuencia se usa como puerta entre etapas. También es un número curioso cuando se refiere a tiempo, porque se hace de forma imprecisa: hablamos de una quincena… para referirnos con frecuencia a dos semanas, que son 14 días. Y nos da lo mismo que «15 días» contenga realmente 12 días o 16. Me gusta esa síntesis imprecisa que todo el mundo entiende, porque con el tiempo he aprendido que en ello está la comprensión de la esencia de las cosas que se quieren transmitir, sin que ello desmerezca el conocimiento de la verdad en detalle.

Ese moverse en la ambigüedad desde el conocimiento es parte de los contenidos de este blog, o yo así lo creo. Sin foco de «especialista», porque la «especialidad» se ha ido configurando con el camino: el análisis de problemas, la productividad del trabajo de conocimiento, el aprendizaje y los límites personales, el emprendimiento, el cooperativismo, la estrategia de diversificación, la música, la noción del trabajo, la revolución de la automoción, la evolución de los valores de la sociedad y las personas, la transformación digital, el ejercicio del liderazgo, el arte y las emociones… y hasta, esporádicamente, la vida política.

Al final, es fruto de haberme convertido en alguien que no sabe mucho de absolutamente nada, pero que cree entender cómo se interrelaciona todo y qué esencia se esconde en el fondo de cada cosa que ocurre en la vida de las organizaciones y de las implicaciones de su interacción con el todo. Creo que se llama pensamiento sistémico… 🤓

Como telón de fondo, y más cuanto más años han ido pasando, las personas que todo lo mueven (o no) y la innovación, como propósito de vida ligado a la permanente búsqueda de un mundo mejor, emocionante por diferente y único, valioso para uno y para muchos, rico para el alma…

Bueno… ahora tocaría hablar del «yin» de ese «yang», pero me temo que me adentro por un balance que aún no toca hacer… 😉 así que vamos con el resumen de este año transcurrido.

13 artículos que comienzo a citar por las «Reflexiones»:

«Vibraciones (con sus detonantes)»:

«Vibraciones sonoras»:

Y en otros:

Como el año anterior, la reflexión «Sobre el coaching y el cuestionamiento de los juicios maestros« (600 visitas registradas en WordPress) ha sido la más vista del año, adelantando por segundo ejercicio consecutivo al histórico liderazgo de mis reflexiones sobre “Ventajas e inconvenientes de la gestión por competencias”.

Entre los 10 artículos más vistos en este periodo han entrado como novedades de 2023 el de «Metaverso industrial» y el más genérico de «Reactualización de tendencias en transformación digital«, pero lo más significativo de este año es que, por primera vez y de forma muy llamativa, la práctica totalidad de los restantes artículos del año están entre los 20-25 más vistos. Eso significa que la historia de esta bitácora empieza a perder relevancia en búsquedas y consultas, algo que ya no se revertirá.

Como cada cierre anual, queda actualizada también la página de «Temas de empresa«. También las «Vibraciones sonoras«. En cuanto a cifras, más de 6.000 impresiones de artículos del blog en LinkedIn, aunque cada vez menos visitas registradas en WordPress (poco más de 4.000), que confirman su ubicación marginal en este universo bloguero.

Bueno, ya hace tiempo que este asunto perdió la poca importancia que reconozco que una vez sí tuvo…

A fin de cuentas, como en «15 años tiene mi amor», la niña que es este blog «cuando más me gusta es bailando este rock». O sea, cuando escribo… 🙂

Seguimos… al menos unos meses más.

Vibraciones sonoras: «En castellano 2023»

Si tuviera que describir mi selección de música en castellano de 2023… creo que diría que responde al que podía ser el año de las bandas. Y que conste que ya se veía venir

Entre los 200 temas seleccionados, semana a semana, del panorama del pop en castellano publicado este año pasado (tras escuchar, para elegir, más de 6.000 canciones, completas o en fragmentos), unos 70 están protagonizados por las más de 50 bandas que pululan por la lista.

Llevábamos varios años en que lo nuevo que surgía venía de artistas con sello personal, la mayoría compositores de sus propias canciones desde el pop, desplazando los lugares comunes del cantautor con trasfondo social o político o de la banda, como lugares naturales donde se cocinan los temas que después se llevan al público.

Sin embargo, creo que en los últimos dos años se ha recuperado con fuerza el nacimiento de bandas, que además están haciendo una música muy interesante. Y no me parece algo fácil de afrontar eso de montar una banda, porque, además de los aspectos económicos que seguro que se plantean simplemente a la hora de pensar si desplazarse para un «bolo», la decisión de ser una banda tiene un punto de romanticismo… pero también de riesgo: por una parte, imagino que tener compañeros de viaje (al menos un núcleo duro) un disco tras otro, una gira tras otra, en largas horas de carretera y hotel, es una gran forma de sobrevivir a la industria musical, a lo que te encuentras «por ahí» y a la incertidumbre que conlleva la profesión de músico; pero, por otra, creo que pocas bandas habrán sobrevivido en el tiempo sin graves conflictos personales que acabaran provocando su desaparición.

En fin… bienvenidas sean las bandas, que en mi particular opinión engrandecen enormemente la historia de la música. Vamos al grano.

Respecto a los contenidos de esta nueva lista, tengo la impresión de que comienza siendo más pop que rock… y que termina al contrario, pero en cualquier caso, la diversidad sigue siendo la seña de identidad, porque entre los 200 títulos vuelve a haber pop, indie, rock, pop-rock, salsa, rap, trap, bolero, rumba, música electrónica, folk… e infinitas fusiones de todo ello.

Creo que es un año sin «disco estrella», pero claro que hay álbumes que merece la pena destacar, como por ejemplo «Marc, Axel y Jes» (Sidonie), «Perro deseo» (Travis Birds), «El hombre pájaro» (Robe), «Oráculo» (Chica Sobresalto), o «Quién es Billie Max» (Ginebras).

Decía hace un año que, si el logo de la playlist de 2020 fue el coronavirus, el de la de 2021 la vacuna, el de la de 2022 la fiesta de volver a disfrutar de la vida que todos más o menos habíamos conocido hasta el covid… la de 2023 se iba a representar con una imagen de robusto ladrillo, porque me olía que, en los siguientes meses, nos iba a convenir tener algo sólido cerca que nos sujetara o donde nos pudiéramos agarrar. Y vaya si ha sido así.

Ya está también abierta la de este 2024 que acabamos de estrenar, con una imagen que es casi un círculo de psicodelia relacionado con la nueva etapa vital que abordaré en unos meses.

Les invito a a acompañarme en cada descubrimiento semanal. Ya saben que esto va de que pinchen ahora en el enlace de cada playlist y luego (ya en Spotify) pinchen sobre el corazón: ya tendrán esa playlist en su biblioteca.

Y nada más. Ya saben…

Bandas…

… bandas…

… y más bandas.

Aunque pocas girlbands… aún.

Vibraciones: Árbol de Navidad

Es diciembre y la tradición de esta casa marca el que haya un post navideño a lo largo del mes, por puro gusto y porque a mí me parece que está bien.

Creo que este año va a quedar cómodamente instalado alrededor de una canción que acaba de publicar Alberto Montero, a quien no tenía el gusto de conocer hasta que apareció hace pocos días en una de mis playlists de referencia en Spotify.

Su canción (que al parecer había escrito hace un año pero que publica ahora) se titula así, «Árbol de Navidad«, y tiene una de las letras más cortas que podrán encontrar en la música actual, pero quizá por ello razón de ser de este artículo, porque no solo es corta, sino poderosa: transmite, con humildad y elegancia, esa conciencia de lo extraño que resulta que cada año nos regalemos una especie de permiso emocional (en nuestras ciudades y en nuestro interior), pero «como entre paréntesis», algo que resultaría incomprensible si se pudiera analizar desde un observador exterior, aunque solo fuera por la paradoja de que algo que es bueno quede encajonado dentro de un paréntesis condenado a desaparecer al pasar página en el calendario.

Esa breve reserva que abrimos y cerramos conscientemente, dejando que las olas del mar cotidiano la vuelvan a tapar, es el árbol de Navidad alrededor del cuál Alberto nos transmite un único y sencillo mensaje: si, aunque sea por una vez, dejas que esa emoción se asome al exterior… «aprovecha el calor, la llama de tu interior«.

Espero que si estos días se encuentran a sí mismos mirando al Belén o reunidos en torno a un árbol de Navidad, mientras en sus casas suenan villancicos tradicionales o contemporáneos o mientras preparan con cariño algún encuentro familiar, recuerden que esa sensación de cariño y esas emociones básicas pero singulares en que se encuentren, se suelen diluir a la vuelta del calendario…

Y para que no suceda, les animo simplemente a que, como propósito de Año Nuevo, abracen con determinación el compromiso de recordar ese momento en torno al árbol, para instalarse de nuevo en esa emoción, con la mayor frecuencia que puedan.

Si quieren acercarse a conocer algo más a Alberto Montero, a mí me ha parecido que aquí hay una buena entrevista. Su canción no es un villancico y ni siquiera es un tema comercial, pero denle margen…

Feliz Navidad. Consciente Navidad.

Reflexiones: tendencias en transformación digital – IA Generativa

No cabe ni la más mínima duda de que el gran bombazo del año en cuanto a tendencias digitales se refiere, es la explosión social de las herramientas de inteligencia artificial generativa.

La inteligencia artificial parecía una de esas promesas que esperábamos desde hace tiempo, pero que, a pesar de realidades ya existentes (generalizas en el mundo del marketing, la publicidad, los media o el consumo y puntualmente en la industria y otros sectores), no estábamos seguros de cuándo llegaríamos a manejar de forma masiva, ni en nuestras fábricas ni en nuestras vidas cotidianas.

Pero este año han bastado unos breves parpadeos para que una herramienta de IA, abierta al servicio de la gente, bata todos los récords de crecimiento al alcanzar los 100 millones de usuarios en tan solo dos meses.

Ni Instagram, ni TikTok, ni ninguna nueva red social adolescente… ChatGPT.

De pronto, todo el mundo hablando de inteligencia artificial (aunque con el novedoso apellido de «generativa») y, en cuestión de semanas, hasta la prensa generalista tratando como a viejos conocidos a personajes como ChatGPT, Dall-e, Bard, CoPilot, Midjourney…

Los servicios de noticias, atendiendo el despido y readmisión de un CEO hasta hace unos días desconocido para la mayoría, y acompañándonos, atónitos, con historias que parecen sacadas de una serie de alguna plataforma de contenidos audiovisuales, aflorando conspiraciones, intereses geopolíticos y económicos y juegos de poder.

Y además, enlaces viralizados, curadores de contenidos con nuevas e increíbles aplicaciones de IA generativa en los reels de Instagram, en los shorts de YouTube o hasta en TikTok.

La verdad es que la presentación en sociedad fue impactante. Recuerdo un whatsapp de un amigo con un enlace y una pregunta: «¿Has probado esto? Tienes que probarlo ya… estoy alucinando…» El enlace era a la web de ChatGPT-3 y dos horas más tarde ya estaba yo dejando los ojos como platos de dos personitas de la profesión médica.

La impresionante calidad semántica y sintáctica de la interacción conversacional, no solo en inglés sino también en castellano (enviando irremisiblemente al Pleistoceno al Google Translator), la manera en que se iba enlazando la conversación con ese bot extraordinario, profundizando, sintetizando, puntualizando o generalizando con solo pedirlo, la facilidad con que las respuestas se acomodaban a tonos, formas y estados emocionales en la expresión del lenguaje según gustos o deseos… simplemente resultaban increíbles.

Y siguen resultando increíbles, aunque el ser humano se acostumbra enseguida a todo, ¿no creen?

Desde el punto de vista de la empresa, al mes y medio del lanzamiento de ChatGPT alguien me preguntó (y muy en serio) si dándole los necesarios datos, la IA podía proponernos un plan de gestión. Mi respuesta, entre escéptica y sobre todo divertida… fue que claro que no… pero hoy no daría yo una respuesta tan concluyente, al menos para una buena parte del trabajo a realizar.

El paso de los meses nos ha ido mostrando las limitaciones de este generador de textos, sus imprecisiones (e incluso sus «alucinaciones» cuando no encuentra una respuesta fiable), su naturaleza de sumidero de seguridad, su aparente falta de respeto a información protegida en los procesos de aprendizaje…

También hemos ido descubriendo la cantidad de gente y de dinero que llevaba tiempo dedicada a la IA generativa, de texto… y de imagen, de música, de programación, de vídeo…

En realidad, ya lo sabíamos, pero «saber» y «ser conscientes de la dimensión del asunto»… no son la misma cosa. «Generativa» viene de «que genera», que es capaz de crear «productos» digitales que nunca antes habían existido.

Hacer nuevas melodías y canciones, obras de arte, programas informáticos, narrativas literarias, logos para empresas, textos de reclamaciones legales, presentaciones de diapositivas, discursos, memorias de proyecto, traducciones, anuncios, resúmenes de reuniones y otras tantas nuevas aplicaciones que van apareciendo (a un nivel de calidad muy razonable y sin reproducir lo preexistente), está hoy al alcance de casi cualquiera.

No será en este post en el que aborde los aspectos técnicos o las distinciones clave que anidan tras la IA generativa. Hay ya numerosos artículos sobre ello y alguno resulta bastante clarificador.

Déjenme que termine, sin embargo, comentando algunos factores de preocupación o incertidumbre que, aun siendo conocidos, no dejan de tener interés para la reflexión.

El primero es sobre privacidad… y es para decirles que, si quieren hablar con propiedad de ese término, solo cabe una breve frase: «olvídense de ella». Creo honestamente que ya hay suficiente información sobre personas y empresas en la red y que la densa maraña de interconexiones de datos es ya lo suficientemente capilar e intrincada como para considerar que la privacidad absoluta será imposible. Pero es más, todo el desarrollo de servicios de conocimiento basados en IA generativa, estará cimentado en el acceso a información (aunque sea anonimizada), con lo que los datos relacionados con individuos y organizaciones serán utilizados aunque se respete formal y legalmente la privacidad de los datos de carácter personal. Ir más allá en términos de privacidad implicará adoptar decididamente una posición de aislamiento activo y asumir una vida de ermitaño digital… que solo me parece accesible (y con dudas) para minorías militantes.

Seguro que ya lo saben, pero nunca viene mal recordarlo: cuiden lo que introducen en la pequeña casilla del chat: todo lo que incluyan en sus prompts será utilizado por OpenAI para seguir entrenando al monstruo (y por tanto se convertirá en información disponible para todo el mundo) y en esta ocasión, nadie puede decir que no esté formalmente avisado.

El segundo se refiere a lo que considero que es un derecho fundamental en nuestra era, que es el acceso universal al conocimiento abierto. Ya… ya sé que no está recogido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, pero es que no se trata ahora de tener o no información al alcance de la mano, a través de un acceso más o menos fácil a internet, sino que la IA generativa introduce diferencias de varios grados de magnitud en productividad personal, que va más allá del valor que a una persona le aporta el nivel de información al que puede acceder, que ya de por sí era importante. Y lo menciono, sobre todo, porque se está generalizando el que, hablando de IA generativa, convivan versiones gratuitas (que en las empresas se asuman como de uso general) y de pago (para minorías cualificadas): la brecha digital se agrandará, porque no solo afectará al acceso o no a determinado tipo de información (lo que puede estar justificado por razones de puesto o responsabilidad), sino a pura productividad personal, que es un factor absolutamente transversal.

Lo mismo aplica al resto de herramientas de IA generativa… pero por esta razón, me parece especialmente relevante en el caso del texto.

Claro que lo primero que a uno le viene a la cabeza es que, si partimos del postulado de que el carácter del acceso a las herramientas de IA generativa debiera acercarse a lo universal, éste debería ser gratuito, ¿no creen?

Pero claro, llegar al nivel de ChatGPT 3.5 que hoy podemos usar gratis, seguramente habrá implicado inversiones de centenares de millones de dólares… que alguien habrá financiado. Alguien que con seguridad no forma parte de las administraciones públicas y mucho menos de las europeas… y que lo ha hecho en un escenario de riesgo e incertidumbre que debe ser remunerado (y si me permiten, «adecuadamente» remunerado).

Tanto ChatGPT 3.5, como ChatGPT 4 (éste de pago, pero ambos parte del pasado), ChatGPT 5… y los que estén actualmente en desarrollo acelerado con el mismo dinero privado, que vendrán después. Me pueden hablar de los beneficios estratosféricos de las poderosas multinacionales que hay detrás y de turbios manejos económicos y sociales en defensa de egoístas intereses comerciales… pero eso es reproducir la eterna discusión sobre innovación en el sector farmacéutico, sobre la velocidad en el desarrollo de soluciones de interés universal y sobre la ética en la aplicación de los hallazgos.

Lo importante, a mi modo de ver, es si puede haber o no un modelo mejor que el que hay, que sea asumible para nuestras sociedades occidentales, más o menos liberales.

Personalmente creo que habrá un gran negocio alrededor de aplicaciones verticales, especializadas, con acceso de pago a bancos de datos protegidos o de acceso limitado (por ejemplo, para equipos de investigación de universidades, centros tecnológicos o corporaciones), en la línea de los servicios de vigilancia tecnológica. También parece evidente que habrá negocio en el desarrollo e implantación de soluciones cerradas, en el perímetro de cada empresa o grupo empresarial, donde se trabaje con el conocimiento explícito acumulado de esa organización, pero desde la seguridad de que ese conocimiento (soporte muchas veces de competencias esenciales) no saldrá fuera de sus muros.

En este sentido, cabría plantear que el acceso a servicios generalistas, como hoy es ChatGPT (o si me apuran, Wikipedia o el buscador de Google), fuera conceptualmente gratuito, una vez que se estructuren adecuadamente los canales de compensación económica al esfuerzo y al riesgo de desarrollo… y ahí, las regulaciones de las administraciones públicas sí podrían jugar un papel muy relevante. O eso… o por el contrario plantearse la prohibición de que hubiera niveles evolutivos de acceso gratuito (¡toma contradicción!) porque así, al menos se evitaría la discriminación de acceso a estas herramientas de productividad por razones económicas dentro del espacio de cada empresa. ¿Cómo lo ven?

El tercero se refiere a que estamos al borde de un mundo en el que no se podrá distinguir la realidad de la manipulación o la ficción. Si las fake news son ya un problema clamoroso, manipulado por demasiada gente de todo tipo desde el populismo o los intereses más dañinos, el horizonte se dibuja inquietante, multiplicado por infinito: empiezan a verse señales de que la explosión de la IA generativa de este año no ha sido más que un modestísimo anticipo de lo que está por venir a muy corto plazo. Vamos a ver cosas aún más extraordinarias… incluido el que muchas de ellas tal vez no las «veamos».

Las connotaciones económicas, sociales y políticas pueden ser de tal magnitud, que no es de extrañar que muchas grandes cabezas manifiesten de forma pública su preocupación y demanden con alarma el establecimiento de límites urgentes a lo que las organizaciones pueden hacer con la IA.

Europa acaba de aprobar la primera ley al respecto. La primera… que no significa que sea lo que se necesita, porque está llena de prohibiciones que son de puro sentido común y de otras que quizá no lo sean tanto (al optar por prohibir donde no se sabe cómo regular, condenando al terreno de lo prohibido aplicaciones que aportarían un innegable valor) y al estar dedicadas (como todas las prohibiciones) a los que están dispuestos a ser buenos y no a los malos (como bien que sufrimos cada día, de forma masiva, los efectos del afán de creadores y manipuladores de malware).

Sé de alguna empresa cuyo pequeño negocio está basado en la lectura de datos biométricos y emociones de manera legal y controlada, desde hace años, a la que no sé muy bien cómo le van a ir las cosas a partir de ahora. También me parece un ejemplo más de la inconmensurable y creciente capacidad de Europa para regular, solo comparable a la cada vez más comprobable incapacidad para activar investigación e innovación en campos de conocimiento y negocio emergentes… a los que nos vamos acostumbrando a llegar demasiado tarde (semiconductores, celdas, nubes…), sin que seamos capaces de ponerle luego puertas al campo, por la sencilla razón de que sirven para bien poco. En este sentido, hay declaraciones que solo me dan risa

Hay muchos otros aspectos de los que casi nadie habla y que será necesario abordar, porque están necesitados de soluciones que se alineen con los valores y principios que se están asentando firmemente en nuestras sociedades. Nos queda aún mucho asombro detrás de todo esto, mucha incertidumbre por despejar… y mucho trabajo por hacer.

Reflexiones: tendencias en transformación digital – Inmunidad Digital

Otra de las novedades que afloramos hace unos meses en nuestra revisión de tendencias en transformación digital, citada además en numerosas fuentes, fue el concepto de «inmunidad digital«.

Un sistema digital inmune es aquél en el que el diseño, el desarrollo, las operaciones y los procesos analíticos (en su conjunto), impulsan la mejora del rendimiento de negocio mediante la mitigación de la vulnerabilidad o reducción del riesgo.

Aproximarse a la inmunidad digital hace que las aplicaciones sean más resistentes e incluso, en escenarios de amenaza y alto riesgo, que haya mayor garantía de recuperación rápida y de continuidad del negocio. Un reciente informe de Gartner postula que, para 2025, las organizaciones que hayan invertido en construir modelos de inmunidad digital habrán reducido hasta un 80% las caídas de sistema, lo que obviamente tendrá un impacto claro en la mejora de los resultados empresariales.

La seguridad ha sido históricamente un ralentizador del progreso. La necesidad de garantizar que los protocolos de seguridad estuvieran en su lugar, ha sido una fuente de preocupación para los técnicos de sistemas y un auténtico, creciente e inacabable incordio para los usuarios: dañan la experiencia de uso, generan ineficiencias notables en la interacción hombre-máquina y, encima… no garantizan la ausencia de problemas, incluso de problemas de gran impacto.

Pero en 2022, probablemente también desde el impulso de los efectos de la pandemia, sucedió algo importante: el ya existente movimiento hacia la nube se vio notablemente reforzado. Es más, esa tendencia se ha acelerado desde entonces y hace hoy de la seguridad un facilitador, al reducirse numerosas brechas que organizaciones de todo tamaño, no bien preparadas, tenían en sus sistemas locales.

Las predicciones de seguridad de Google Cloud para 2023 abundan en ello: enfatizan la importancia de la tecnología en la nube en el refuerzo de la seguridad de las empresas, al servir de puerta de entrada a un “sistema inmunológico digital global“.

No es, sin embargo, el único factor clave en este asunto: la automatización de procesos refuerza la solidez de las operaciones. Los conocimientos basados ​​en datos, combinados mediante procesos automatizados para identificar y resolver problemas, garantizan procesos y resultados estables cuyas desviaciones frente a patrones de conducta son más fácilmente detectables y aislables.

La nube permite acceder a soluciones basadas en el uso de algoritmos avanzados y técnicas de aprendizaje automático para monitorizar el tráfico de la red, identificar amenazas potenciales y tomar medidas para neutralizarlas antes de que puedan causar daño: inteligencia artificial aplicada a la confiabilidad y seguridad (AI TRISM, por supuesto). Esto puede incluir acciones como bloquear el tráfico de direcciones IP sospechosas, aislar los dispositivos infectados de la red o alertar al personal de seguridad para que investigue más a fondo. Dicho de otra manera, brindar protección continua y automatizada contra una amplia gama de amenazas cibernéticas… sin necesidad de intervención humana.

En definitiva, estamos ante un mundo hiperconectado e inteligente en los próximos años, cuyo impacto se sentirá en casi todas las áreas (más temprano que tarde) y donde las interacciones máquina a máquina aumentarán, permitiéndolas trabajar de manera más eficiente y sin problemas.

Queda un asunto más en este camino: la seguridad vía hardware, la seguridad de lo que tenemos a pie de tierra, lo físico, el edge

Además de las soluciones clásicas de segmentación y securización de las redes de comunicaciones, también aquí las cosas están avanzando de forma notable, desde soluciones modestas pero eficaces para conectividad directa con entornos físicos, incluso aislados, hasta pura innovación tecnológica con promesas alentadoras.

En síntesis, la inmunidad digital combina información basada en datos sobre las operaciones, pruebas extremas y automatizadas y resolución automatizada de incidentes en la nube, ingeniería de software dentro de las operaciones de TI y seguridad en la conectividad y en la cadena de suministro de aplicaciones, para aumentar la resiliencia y la estabilidad de los sistemas.

Sin perder de vista, claro está, que la infalibilidad no existe (que no nos lleve a error la palabra «inmunidad») y que no podremos prescindir de conductas de uso seguro de los sistemas, porque la inmunidad digital es un salto cualitativo de gran magnitud… pero no es magia.

Y llegados a este punto… no nos engañemos: aunque puede variar dependiendo de una serie de factores (incluido el tamaño y la complejidad de la organización, las tecnologías y procesos específicos que se elija implementar y el nivel de soporte que se necesite), implantar un Sistema Inmunológico Digital (DIS) puede ser un proceso complejo y que requiera mucho tiempo. Implicará comprar nuevo hardware y software, así como invertir en capacitación de empleados y desarrollo de procesos.

Sin embargo, el coste continuo de ejecutar un DIS puede ser relativamente más bajo, ya que el sistema estará diseñado para operar de forma autónoma y monitorizar y proteger continuamente a la organización contra amenazas cibernéticas.

Teniendo en cuenta que, como es bien sabido, un ciberataque puede provocar importantes daños financieros y de reputación, incluida pérdida de ingresos, procesos legales y daños a la marca… sea cual sea el ritmo o la ambición que se comprometa, es indemorable enfrentarse a definir una estrategia DIS y desplegarla en los próximos años.

Hay cosas que empiezan a ser posibles.

Reflexiones: tendencias en transformación digital – Metaverso Industrial

Metaverso es una palabra que no suena demasiado bien hoy por hoy. Socialmente, remite a lo que parece un intento prematuro y hasta ahora fallido de Meta por reinventar su negocio y a una propuesta de interacción con la tecnología (o con otras personas a través de la misma), asociada al juego, orientada al ocio. Desde los Sims, Second Life o Ready Player One, los humanos hemos hecho numerosos intentos o acercamientos conceptuales muy diferentes a construir realidades virtuales inmersivas donde se pudieran vivir vidas más divertidas, poderosas, salvajes, libres o acogedoras, un lugar donde huir, refugiarse o descargar frustraciones, deseos o ilusiones.

Pero no crean que el mundo industrial, con su propia jerga, andaba demasiado lejos: el concepto clave era el «digital twin«, el gemelo digital que tan bien explicaba Rosa García hace unos años.

Cuando hace unos meses abordamos la revisión de tendencias en transformación digital, apareció como novedad en numerosas fuentes el concepto de «metaverso industrial«. Mi primera aproximación no me llevaba mucho más lejos que el gemelo digital de una planta completa de producción, algo a lo que muchas organizaciones nos hemos acercado en el pasado, pero de lo que no hemos sido capaces de extraer demasiado jugo, más allá de las promesas teóricas no siempre confirmadas.

Al menos, las que no somos gigantescas empresas mundiales con enormes posibilidades de dedicación de recursos.

Sin embargo, hubo un hecho que captó fuertemente mi atención: la alianza que a mediados de 2022 habían firmado Siemens y Nvidia con el propósito de, precisamente, favorecer el desarrollo de metaversos industriales. Dos líderes mundiales absolutos, uno en automatización industrial y otro en inteligencia aplicada al tratamiento de la imagen, no pueden aliarse de esa manera para algo baladí. Hay que entender qué hay detrás…

En resumen, como primer paso, las empresas conectarían Siemens Xcelerator, plataforma empresarial digital abierta, y Nvidia Omniverse, plataforma de diseño colaborativo 3D, lo que habilitaría un metaverso industrial con modelos digitales basados ​​en la física de Siemens y la IA en tiempo real de Nvidia, para que las empresas pudieran tomar decisiones más rápido y con mayor confianza. Así, el motor de simulación de mundo virtual en tiempo real de Nvidia Omniverse, físicamente preciso y habilitado para IA, permitiría generar gemelos digitales en directo y con total fidelidad al diseño, que conectarían sistemas de IA definidos por software de la periferia a la nube.

Se supone que las aplicaciones del metaverso industrial pueden ser numerosas: comprensión y enriquecimiento de datos en entornos virtuales, creación de procesos más sostenibles, optimización de costes… Sin embargo, no acababa yo de ver muy bien en qué se diferenciaban estas promesas de las que se hacían de los gemelos digitales, aunque nos explicaran que todavía falta tiempo para ver una realidad virtual y física totalmente integrada y que al menos hasta 2024 no empezaríamos a ver y entender mejor sus capacidades.

Con el apoyo de Iker Mitxelena (gracias, joven… 🙂 ) hemos tratado de hacer las distinciones precisas para entender bien de qué estamos hablando. La teoría dice que el metaverso industrial permitirá:

  • Ingeniería avanzada, con diseño de productos iterativo y colaborativo con el cliente en tiempo real, sin los costes y los riesgos asociados a la interacción en el mundo real.
  • Pruebas y homologaciones más exhaustivas, testando infinitos escenarios que combinen entornos fotorrealistas con simulaciones físicas.
  • Entrenamiento de procesos autónomos mediante machine learning e inteligencia artificial.
  • Detección de mejoras de procesos sin interrupción de la fabricación.
  • Obtención de conjuntos de datos para proyectos de inteligencia artificial…

Ya… me dirán que muchas de esas cosas se esperaban también de los gemelos digitales, ¿no?

Porque el gemelo digital no es una mera representación de un objeto o un proceso físico, sino que además está conectado de alguna manera al mismo, obteniendo información real de sus sensores. A menudo se olvida este aspecto y se refiere al gemelo como una copia virtual o digital de la realidad, sobre la que realizar simulaciones, pero la conectividad gemelo-objeto forma parte intrínseca del concepto.

Entonces… ¿en qué consiste la diferencia entre gemelo digital y metaverso industrial, tan importante como para que este último concepto aparezca ahora con fuerza entre las tendencias de transformación digital para la industria?

Pues… si me lo permiten, vamos a intentar explicarlo, en lo que hasta ahora creemos entender:

  • En primer lugar, las tecnologías implicadas: el gemelo digital es solo el corazón alrededor del cual se crea el metaverso, que además incorpora tecnologías como la inteligencia artificial, la disponibilidad de datos en tiempo real (que impone muchas veces alta conectividad 5G/6G), el edge computing, o blockchain para garantizar la seguridad y la confiabilidad en un entorno naturalmente colaborativo.
  • En segundo lugar, dicho carácter colaborativo: un metaverso industrial es un entorno conectado digitalmente, diseñado para reunir a todo un ecosistema de proveedores, socios y expertos en un espacio inteligente. De hecho, en contra de lo que sucede en el mundo del ocio, el metaverso industrial no será probablemente un espacio global, sino varios entornos digitales construidos con fines diferentes pero interconectados.
  • En tercer lugar, el papel del tiempo real y la inteligencia artificial: ya no se trata de un modelo virtual de un objeto que se alimenta de datos reales, sobre el que se pueden realizar simulaciones en base al diseño de escenarios (como en el gemelo digital), sino que, en el metaverso, los datos reales de lo que está ocurriendo se «ingestan» en tiempo real y se pueden aplicar algoritmos que suponen auténticos modelos de predicción del comportamiento de entornos complejos, con los que se puede interactuar e iterar para tomar decisiones operativas.
  • Y para terminar, la relación con el edge: las empresas podrán tomar el gemelo digital que controla las dinámicas de computación y situarlo en un dispositivo en el edge del hardware, es decir, podrán permitir que sea el software quien gobierne la operación en los dispositivos en el edge.

¿Ciencia ficción? La apuesta de la alianza Siemens-Nvidia es hacerlo factible y hacerlo ya. Otra cosa es al alcance de qué tipo de empresas quedará extraer todo su potencial al metaverso.

Los desafíos para explotar el concepto son enormes: la empresa debe estar a un muy alto nivel de digitalización, incluida una absoluta familiaridad con los gemelos digitales. Deberá, además, disponer de una red de valor con capacidad de asumir la inmersión colaborativa que se le demande y recursos importantes dedicados durante un largo periodo de tiempo para construir y explotar adecuadamente el metaverso generado, tanto económicos como humanos. Serán necesarias fuertes competencias en una amplia diversidad tecnológica, enorme capacidad de computación, o soluciones abiertas e interoperables para gemelos de distinto origen, con formatos de datos compatibles.

No será fácil, durante mucho tiempo, visualizar con claridad el retorno de tamaño esfuerzo. Pero como premio, entonces… se supone que habrán llegado a ser una auténtica y excelente empresa digital.

Aunque yo me sigo preguntando cosas… que me parecen muy básicas. Por ejemplo, salvando los procesos de adiestramiento (que para eso ya sirve la VR actual): ¿por qué es necesario que el metaverso industrial disponga de un escenario de altísima fidelidad visual, como si de una realista y creíble película de ciencia ficción se tratara? Sabiendo que ello conlleva enormes prestaciones en coste computacional y capacidad de comunicación y siendo el propósito «un asuntillo de ingenieros», ¿por qué no serviría hacer lo mismo con puros modelos matemáticos?

Algunos tratan de explicarlo, pero… ¿alguien es tan amable de explicármelo mejor?

Les dejo con un par de recomendaciones (1) (2) y algunos vídeos que creo les pueden interesar, a título divulgativo.

Y nos vemos en cualquier metaverso. Algún día…

Reflexiones: reactualización de tendencias en transformación digital

Cada año realizamos una revisión de las principales tendencias en materia de transformación digital, con el objetivo de reafirmar o cuestionar la estrategia definida y cimentar con solidez el próximo plan de gestión. Es una revisión ligera, basada en una serie de artículos seleccionados de muy diversas fuentes (buscando complementariedad y diversidad en los puntos de vista), que en esta ocasión conforman la siguiente lista:

Al contrario que en el año anterior, donde las novedades fueron abundantes tras dos años de pandemia, en esta ocasión hemos encontrado una fuerte continuidad con las conclusiones de las fuentes entonces seleccionadas, tanto en las tendencias como en las recomendaciones que a CIOs y CEOs realizan los informes publicados en la red.

En el capítulo de recomendaciones, les invito a visitar el informe de mayor interés que hemos encontrado: «Propósitos de Año Nuevo para la tecnología en 2023«, de McKinsey & Company. Integrando los contenidos de este artículo y varios matices procedentes de otras fuentes, el decálogo de recomendaciones anterior queda ahora actualizado de la siguiente manera:

  1. Construir una estrategia digital clara e integrada con la estrategia global, liderada desde la alta dirección: no basta con definir una estrategia digital, sino que debe tener un carácter transformador de la empresa en términos de competitividad, lo que implica a procesos, negocio o relaciones con los distintos grupos de interés… y por tanto absolutamente alineada o integrada en la estrategia general de la organización. Como todo proceso transformador, solo ocurrirá si se impulsa desde una visible, generosa y consistente implicación de la alta dirección, que arrastre a las estructuras clave que intermedian con el funcionamiento operativo y el despliegue de objetivos… y que proteja a quienes asuman el rol de liderar los experimentos significativos que a continuación deban ser escalados.
  2. Renovar las infraestructuras tecnológicas básicas para ganar en velocidad, seguridad y resiliencia: todas las infraestructuras deberían tender a la digitalización y, dado el enorme incremento de prestaciones de la red, a la actualización de sus sistemas para ganar competitividad; pero además, las que se consideren críticas o de base, deberán hacerlo con un altísimo nivel de seguridad para evitar ataques informáticos.
  3. Talento digital en los lugares correctos y cuidado de las mejores personas para acelerar la transformación: suficiente poder y suficiente liderazgo implicados activamente en el proceso, como recomendaba el primer punto… pero también suficiente competencia y capacidad. Como afirmaba Alfons Cornella, «no hay innovación sin innovadores»… e innovar, como transformar la cultura dominante en una organización, requiere que de ella se ocupen los mejores. En un mercado de trabajo como el actual, además, la dificultad de atraer talento y de conservar el mejor del que se dispone ha crecido significativamente: es muy necesario cuidar a las personas… y en especial a las que mayor valor entregan.
  4. Ser “agile”, adoptar una mentalidad de gobernanza ágil: más allá de metodologías y herramientas, liderar una transformación empresarial exige adoptar los esquemas mentales y principios del «agilismo» y extenderlos como elementos de cultura de la organización.
  5. Ser digital de arriba a abajo, en toda la cadena de suministro, combinando creativamente tecnologías: digitalizar las relaciones con cliente y las internas, integrar la información de las distintas fases de proceso con retroalimentación de información en tiempo real, contemplar las oportunidades derivadas de la visión de la cadena de suministro como sistema. Casi nada de todo esto será posible si no abordamos los retos desde la integración de tecnologías (IoT, analítica, segmentación, securización, visión artificial, aprendizaje automático, inteligencia artificial…) que aporten cada una el valor que se necesita para obtener cada propósito.
  6. Monitorizar y medir el progreso de la transformación, con foco en los retos por encima de la eficiencia: medir cómo nos aproximamos a la visión deseada más que cómo hemos hecho lo realizado o cuánto. Eficiencia en la gestión de cada iniciativa sí (por supuestísimo)… pero siempre subordinado a avanzar en la dirección adecuada. Lo importante es llegar, mucho más que hacerlo pronto… o que ajustarse a un presupuesto.
  7. Crear arquitecturas, plataformas tecnológicas y bases de datos en la nube que impulsen el negocio: contemplar la importancia de los datos no estructurados, individualizados, hacia el cliente y en general los grupos de interés clave, asegurando su disponibilidad junto a los datos estructurados en una plataforma tecnológica flexible, modular e interoperable, alineada con los intereses del negocio, sobre la que poder aplicar metodologías analíticas y procesos de aprendizaje automático e inteligencia artificial que permitan personalizar propuestas, soluciones o acciones de marketing. Es el momento de centrarse en construir unas bases sólidas en la nube que permitan a las empresas aprovechar los beneficios más importantes que ofrece, como la seguridad, el escalado de aplicaciones o la agregación de capacidad automáticamente para satisfacer los aumentos de la demanda.
  8. Crear ecosistemas industriales automatizados, descentralizados y capaces de integraciones independientes: contemplar los modelos de creación de valor que funcionan como una red conectada, con nodos autónomos pero interdependientes cuando se precisa, para acelerar procesos de innovación desde la noción de ecosistema; modelos capaces de integrar APIs de pequeños proveedores de soluciones interesantes no ofrecidos por los grandes, que pueden convivir y escalar con agilidad.
  9. Atender al dominio de los modelos de negocio digitales, con escalabilidad en la creación de valor: en la mayoría de los mercados de producto, la percepción de valor ha basculado hacia elementos intangibles, vehiculados frecuentemente a través de la prestación de servicios de base digital, asociados al producto o independiente del mismo, por lo que es imprescindible entender cuál puede o debe ser el negocio digital de la compañía y activarlo. Además, considerar que cualquier componente del modelo de negocio es susceptible de ser transformado digitalmente para generar mayor o más cualificado retorno.
  10. Promover la conversión de servicios a experiencias (TX = CX + UX + EX + MX): entender el rol que la componente emocional tiene en las decisiones de compra o en la creación y prestación de servicios. Más allá del valor entregado, la experiencia relacionada con el mismo (de usuario, de cliente o de trabajador, en un marco de multicanalidad) debe jugar un papel clave en el diseño y desarrollo de servicios.

Respecto de las tendencias… la lista es larga. A las 20 de la lista de hace doce meses, se suman cuatro nuevas (alguna de ellas, ausente de forma inexplicable el año anterior) y varios matices o enfoques complementarios que corrigen, reorientan o amplían algunas de las preexistentes. Sin ánimo de alargarme en exceso en un post que ya de por sí será inevitablemente largo, ésta sería la lista renovada de las 24 tendencias que actualmente consideramos:

  1. Gestión empresarial basada en datos y democratización de los datos.
    • Las tecnologías digitales generan cantidades masivas de datos fácilmente rastreables y accesibles que, si se manejan adecuadamente, pueden proporcionar un gran valor al negocio. Aunque incluso empresas inmersas en su transformación digital tienden a no aprovechar al máximo los datos a su disposición, la gran demanda de profesionales ligados a la gestión del dato muestra que cada vez más organizaciones están cambiando sus procesos de toma de decisiones hacia la gestión empresarial basada en datos y buscan cómo fomentar una cultura de trabajo centrada en los mismos.
    • Más allá de todas las demás tendencias, la democratización de los datos será uno de los aspectos más críticos: promete un futuro en el que los datos estén abiertos a todos para analizarlos y obtener información. Las herramientas de próxima generación, como las soluciones Low-Code que abren los datos a equipos que no sean el departamento de ITI o los científicos de datos, ayudarán a traer importantes beneficios prácticos para las empresas, que incluyen:
      • A medida que se adoptan más herramientas impulsadas por IA, cada vez son más fáciles de identificar las intenciones y necesidades reales del cliente. Democratizar los datos permite que éstos sean analizados y aprovechados por múltiples departamentos, todos con diferentes filosofías y enfoques.
      • Mediante herramientas fáciles de usar, las empresas tendrán la capacidad de, por ejemplo, alojar sus datos en una ubicación única y accesible, lo que junto con la mejora general de competencias digitales de los empleados, posibilitará operaciones mucho más eficientes.
      • La experiencia del cliente mejorará naturalmente debido a la democratización de los datos, porque se ampliará el alcance de la comprensión del mismo y permitirá brindar un servicio más personalizado.
  2. Fábrica digital e inteligente, IoT e IA industriales. Logística autónoma basada en IoT y planificación, integradas con la gestión de producción.
    • Continuidad y aceleración de la adopción de todas las tecnologías ligadas al paradigma de Fábrica 4.0, con extensión en general de procesos de aprendizaje automático e inteligencia artificial aplicados para determinar modelos predictivos y prescriptivos de defectos, de inactividades o de consumos de energía y materiales.
    • La supply chain como hilo conductor de la gestión de producción. La automatización de la intralogística como canal para la gestión integral de la cadena de suministro desde la previsión o predicción de la demanda y en tiempo real.
  3. Fusión hombre-máquina: inteligencia artificial TRiSM, aprendizaje automático, búsqueda inteligente y procesamiento de lenguaje natural.
    • La mayoría de los trabajos acogerán un despliegue híbrido, que aprovechará las ventajas más insustituibles de la condición humana (intuición, diplomacia, incertidumbre, creatividad…) y las del mundo digital (precisión, velocidad, escala, ubicuidad…).
    • La tecnología de inteligencia artificial (IA) permitirá que la búsqueda inteligente rompa los silos de datos, lo que posibilitará a empleados y clientes descubrir la información que necesiten en menos de segundos. Los usuarios finales podrán utilizar la búsqueda inteligente para recuperar información de cualquier ubicación y conjunto de datos: big data en bases de datos, sistemas de gestión de documentos, contenido digital, páginas web, etc., indagando sobre problemas específicos y no limitándose a una búsqueda de información que después debería conectar y concluir.
  4. Metaverso y, en particular, metaverso industrial e interfaces inmersivas.
    • Durante 2022, el «metaverso» fue un tema recurrente en las conversaciones relacionadas con el momento tecnológico. Con independencia de los problemas que está enfrentando Meta con relación a los mercados de ocio y consumo, el concepto original sigue teniendo potencial: ya podemos ver casos de éxito empresarial donde se utiliza este entorno para mejorar experiencias de marca, productos o conectar con el público.
    • Ahora veremos más un «metaverso industrial», impulsado desde la alianza Siemens-Nvidia, que puede dibujar la que podríamos denominar «Industria 5.0» una fusión de gemelos digitales con señales captadas en tiempo real, conectados con IA. Las aplicaciones del metaverso industrial pueden ser numerosas, para la comprensión y enriquecimiento de datos en entornos virtuales, la creación de procesos más sostenibles y la optimización de costes. Todavía falta tiempo para ver una realidad virtual y física totalmente integrada, pero durante este año veremos mucho más acerca sus capacidades.
    • Las redes 5G, los wearables, el gaming y todo lo relacionado con la realidad virtual y aumentada serán una constante en todos los sectores, desde la investigación al retail, la docencia o el entretenimiento.
  5. Inteligencia artificial generativa.
    • La IA generativa es un conjunto de tecnologías relativamente nuevas que aprovechan grandes volúmenes de datos, junto con algunas técnicas de aprendizaje automático (machine learning) para producir contenido basado en las entradas de los usuarios conocidas como `prompts´. Estas herramientas partiendo de estos `prompts´, escritos en lenguaje natural, pueden generar nuevo contenido que puede ser texto escrito (por ejemplo, ChatGPT o Bard) o visual con imágenes o vídeos (por ejemplo, Dall-E, Midjourney o Runaway).
    • Estas herramientas están evolucionando rápidamente y aún son objeto de investigación activa, mejorando nuestra comprensión de cómo funcionan realmente y los impactos de su uso en la sociedad, tanto a nivel ético, como legal, pero han penetrado exponencialmente en el tejido social desde la liberación de ChatGPT y es inevitable su rápida expansión en todos los órdenes de la actividad humana.
  6. Modelo de trabajo híbrido, presencial y remoto.
    • El trabajo híbrido es una modalidad de trabajo flexible en el que las personas trabajan parte del tiempo en una espacio físico de la empresa y parte desde casa u otra ubicación. La cultura de trabajo remoto fue una de las estrategias adoptadas a principios de 2020 debido a las disposiciones gubernamentales frente a la pandemia, pero ha demostrado ser un cambio significativo en la forma en que pueden desarrollarse las operaciones de negocio, con el simple uso de herramientas de colaboración ágiles y una gestión del rendimiento moderna.
    • El trabajo híbrido ha permitido a las organizaciones ser ágiles y flexibles en tiempos cambiantes y se ha demostrado que no solo no perjudica a la productividad sino que incluso puede mejorarla.
    • Para respaldar este tipo de acuerdos de trabajo, las empresas están adoptando tecnologías de lugares de trabajo digitales que permiten tanto a la dirección como a los empleados tener sus actividades diarias organizadas y disponibles, realizar un seguimiento de los procesos y mantenerse en contacto independientemente de su ubicación. Estos tipos de tecnologías incluyen la gestión de procesos empresariales, la comunicación, la gestión de proyectos, el flujo de trabajo, el seguimiento del tiempo, los informes y otras herramientas.
  7. BPM, RPA, automatización e hiperautomatización, en todos los ámbitos.
    • La automatización en todas las facetas de las operaciones de negocio está en el centro de la transformación digital, porque es la forma más sencilla de alcanzar escalabilidad, eficiencia y reducción de costes. Las soluciones RPA se implantan cada vez más para automatizar actividades muy simples (de lógica determinista en formas y entrada de datos estructurada), que antes solían requerir participación del usuario en actividades de proceso repetitivas y predecibles.
    • Los nuevos algoritmos de hiperautomatización pueden analizar grandes cantidades de datos que un ser humano no es capaz de procesar. Como resultado, pueden proporcionar observaciones profundas y connotaciones entre procesos de fondo que, de otro modo, la empresa no podría identificar. Éstos pueden ayudar a las empresas a llevar sus decisiones basadas en datos al siguiente nivel, comprender mejor los procesos comerciales y mejorar.
  8. Virtualización y automatización de procesos integrando ML-DL y AI para tareas ocasionales y complejas.
    • Hiperautomatizar es “automatizar la automatización”: tecnología que utiliza AI y aprendizaje automático sobre RPA para analizar y administrar procesos, con herramientas que funcionan con datos estructurados y no estructurados para proporcionar información sobre las oportunidades de optimización y mejora.
    • La BPA potenciada por AI va más allá de la RPA para abordar directamente las capas de procesamiento y datos. Puede manejar procesos no deterministas y es capaz de identificar, elegir y combinar las actividades de procesamiento y datos más adecuadas para ejecutar un proceso. La AI puede trabajar con datos probabilísticos, textuales y cualitativos no estructurados junto con fuentes tradicionales de datos estructurados deterministas, numéricos y cuantitativos. Esto significa que puede usarse para ejecutar procesos cognitivos, no solo automatizando sino haciendo que estos procesos sean completamente autónomos.
  9. Mayor extensión y mayor adopción de plataformas de datos de clientes (CPM) y CRM.
    • Como evolución del CRM, una CDP es un SW que recopila y organiza datos de clientes propios de muchas fuentes para crear una vista única, coherente y completa de cada uno. Crea una BD integral de clientes a la que otros sistemas pueden acceder para analizar, rastrear y administrar interacciones con cliente.
    • Los clientes interactúan con diversas organizaciones de formas novedosas y a través de varias plataformas. Durante cada compromiso, dejan fragmentos de información, conocidos como datos propios (de comportamiento en línea, transaccionales o incluso demográficos), que se pueden rastrear y guardar en una nube de alta seguridad. Una CDP recibe estos datos de primera mano. Luego los estandariza y los transforma haciendo coincidir los ID de clientes individuales de cada sistema e integrándolos en un único perfil de cliente coherente y preciso. Luego, los datos del perfil se reformatean para admitir una amplia gama de estrategias de marketing y procesos comerciales, incluidos CRM, análisis de datos, automatización de marketing, creación de contenido, esfuerzos de SEO, etc.
  10. Creación de nuevos modelos de negocio digitales, conformando ecosistemas de servicios.
    • El cambio a lo digital empujó a muchas organizaciones a ser creativas con las formas en que intercambian sus productos y servicios por dinero. Los clientes quieren una experiencia digital fluida y prefieren las marcas que están listas para ofrecerla: es vital comprender cómo diseñar su experiencia con la tecnología para responder a sus necesidades de forma relevante (para al menos lograr una ventaja competitiva) o para desarrollar con éxito nuevos productos o servicios.
    • Los datos se han convertido en una nueva moneda y cada vez más empresas basan sus modelos de negocio en la recopilación y el uso de datos. Sin embargo, centrarse únicamente en el MdN propio puede estrechar el pensamiento y limitar posibilidades con los datos. A menudo, su valor real proviene de su flexibilidad y su potencial para brindar una imagen completa: más de la mitad del valor agregado de los MdN basados ​​en datos lo obtienen en sus ecosistemas.
  11. Tecnología Blockchain, tokenización de activos (NFT).
    • Hasta ahora, la tecnología Blockchain se ha asociado más estrechamente con criptomonedas como bitcoin. Sin embargo, se usa de muchas otras formas, particularmente en los negocios. La promesa más básica de blockchain es una mayor seguridad a través de sus registros inmutables. Pero esta tecnología también tiene implicaciones en la forma en que las empresas administran las cadenas de suministro, trabajan con socios y manejan transacciones y contratos.
    • Tokenizar es transformar un activo específico y valioso en tokens digitales (unidades de valor) que se pueden usar en una Blockchain. Tanto los activos tangibles (como oro, obras de arte o bienes inmuebles), como los intangibles (acciones, bonos, derechos de propiedad de datos o patentes), se pueden convertir en tokens digitales que se venden y compran en mercados digitales, infraestructuras financieras abiertas e interoperables sin intermediarios.
    • Tras la explosión inicial de los tokens no fungibles (NFT, coleccionables digitales únicos que se pueden comprar y vender), se ha entrado en una fase de estabilización, pero sigue habiendo mercados de interés. Aunque centrados hoy principalmente en arte y juegos digitales, se utilizan para todo tipo de cosas. Un caso de uso concreto para la tokenización es su potencial para interrumpir los mercados de activos intensivos en capital, como equipos y maquinaria pesada. En lugar de comprar o alquilar uno, la tokenización permite soluciones de pago por uso, lo que crea nuevos MdN para fabricantes de equipos o para servicios financieros, mientras beneficia a empresas que requieren activos intensivos en capital. El avance en IoT, la hiperconectividad y el pago automatizado dan soporte a la tendencia, marcando el paso en la transición de MdN basados ​​en productos a servicios.
  12. Cloud computing, evolucionando hacia soluciones multinube y plataformas cloud nativas. Modelos distribuidos, con nodos especializados (industrial, ingeniería…) pero interoperables.
    • El cloud ha permitido a las empresas acceder a los datos desde cualquier parte y en cualquier momento, facilitando el almacenamiento seguro de grandes cantidades de datos y el acceso a ellos de forma remota cuando sea necesario. Se observa una tendencia a solución multinube (frente a único proveedor, varias nubes públicas o híbrido): más seguridad, migraciones más sencillas, mercado más competitivo.
    • La iniciativa europea Gaia-X promueve un cloud federado e interoperable, con tecnologías de orquestación edge-cloud que garanticen la privacidad y la propiedad del dato.
  13. Realidad extendida y mixta. Gemelos digitales.
    • Tecnologías que combinan el mundo virtual (incluidos gemelos digitales) y el mundo físico, para crear nuevas experiencias y mundos mejorados. Los usos más frecuentes se están dando sobre dispositivos móviles (on premise o remoto), pero las gafas especiales están de vuelta en aplicaciones usables y contrastadas.
    • En el mundo industrial, se consolidan aplicaciones de gemelos digitales en su sentido más amplio, en numerosos campos, tanto sobre producto como sobre modelos de gestión, con la novedad de integrarse como pieza del concepto de «metaverso industrial».
  14. Transformación de la ciberseguridad desde soluciones AI, la nube, la automatización y arquitecturas confiables, con riesgos crecientes por la confluencia IT/OT: inmunidad digital.
    • Frente a los avances en ciberseguridad, las amenazas no cesan. Un enfoque para construir una arquitectura de confianza es el uso de registros distribuidos, como Blockchain. Además de reducir el riesgo de infracciones, reducen el coste de cumplir normativas y los gastos operativos y de capital asociados.
    • Un sistema inmunológico digital es donde el diseño, las operaciones, el desarrollo y el análisis impulsan de forma acumulativa el rendimiento empresarial a través de la mitigación de riesgos. Hace que las aplicaciones sean más resistentes e, incluso en escenarios de alto riesgo, garantiza una recuperación rápida y la continuidad del negocio. La combinación de procesos automatizados (que garantizan procesos y resultados estables) con la tecnología en la nube, es la puerta de entrada a lo que podríamos reconocer como “sistema inmunológico digital global“.
    • Es en este sistema en el que, según Gartner, se desarrollarán tecnologías basadas en la observabilidad del software, la IA, la ingeniería del caos, la corrección automática, la ingeniería de fiabilidad y la seguridad de la cadena del suministro del software, que lo harán posible.
  15. Conectividad inalámbrica avanzada 5G-6G / IoT.
    • La tecnología 5G alcanzará madurez tecnológica y regulatoria, abriéndose paso como solución de comunicaciones IoT.
    • Cercana la cobertura total de la red 5G en algunos países, y mientras llegan las esperadas aplicaciones que expriman al fin todas sus capacidades, ya se trabaja en el desarrollo de la red de sexta generación.
    • Otros sistemas alternativos propietarios (redes de picosatélites), serán una alternativa técnica y económicamente competitiva para casos IoT de baja exigencia de volumen o latencia.
  16. Infraestructura inteligente y distribuida, orquestando edge y cloud. APIs. Superapps.
    • El 70 % de las empresas utiliza ya infraestructuras distribuidas: los datos y el procesamiento se podrán manejar en la nube, pero los dispositivos podrán acceder a ellos también y más rápido desde el borde de línea si conviene: más velocidad y agilidad, menos complejidad y coste, más seguridad.
    • Las interfaces de programación de aplicaciones (API) permiten el intercambio de información entre distintas aplicaciones de software a través de un conjunto de protocolos. La idea de que las empresas con los datasets más grandes liderarán la innovación (como la IA) sufrió un revés en 2022: numerosas startups con productos atractivos han puesto en aprietos a grandes empresas tecnológicas. Hay que experimentar… y pensar cómo integrar las APIs.
    • No sabemos si será una moda o cuajarán en el mercado occidental, pero la tendencia a las superapps (aplicaciones móviles que prácticamente lo hacen todo), proviene de Asia, donde ya está consolidada. Un ejemplo de superapp sería We Chat, que ofrece servicios como mensajería, pagos móviles, compras en línea, reserva de hoteles, servicios financieros y otras funcionalidades que van agregando. Las superapps serán capaces de generar experiencias personalizadas, atractivas y de gran alcance en una única plataforma, unificando las experiencias responsivas en móvil y ordenador, así como integrar los flujos de trabajo, colaboración y mensajería. Con el tiempo veremos el avance con la entrada de otras tecnologías como el metaverso, los chatbots y tecnologías impulsadas por IoT.
  17. Computación de nueva generación (computación cuántica y chips neuromórficos) y SW 2.0.
    • Ayudará a encontrar respuestas a problemas que han acosado a la ciencia y la sociedad durante años, desbloqueando capacidades sin precedentes para las empresas… aunque no será una preocupación inmediata para todas. Mantenerse a la vanguardia del SW (hoy clave de éxito en muchos negocios), sí requerirá una comprensión de esa industria, de las tendencias tecnológicas que la impulsan y de los contextos organizacionales que crean la demanda de cambio.
  18. Plataformas Agile, DevOps e ITSM integradas.
    • Se llama ITSM a la gestión de la entrega extremo a extremo de servicios IT. En una empresa, si las capacidades de ITSM son insuficientes para las necesidades, habría problemas para brindar servicios a un ritmo satisfactorio y suficiente, algo muy común. Para abordarlo, surgen nuevas metodologías ITSM, impulsadas por las mejores prácticas Agile y DevOps. 
    • La integración de plataformas Agile, DevOps e ITSM con aprendizaje automático y el uso de herramientas AIOps posibilita anticiparse a potenciales fallos, asegura el tiempo de actividad y proporciona garantía de servicio, generando excelente UX.
  19. Herramientas Low code / No Code y aplicaciones configurables.
    • Se trata de soluciones que le permiten crear sistemas complejos con poca o ninguna experiencia en codificación, lo que puede generar una mejora general de las habilidades de los empleados en ciertas industrias (permitiendo, por ejemplo, iterar soluciones).
  20. Incremento de inversiones (> 2 dígitos) , en especial en IoT, AI, ML-DL, modelos predictivos y ciberseguridad.
    • La transformación digital en última instancia tendrá como objetivo reducir los costes… pero los expertos predicen que el gasto mundial en IT sobrepasará para fines de 2023 los 4 B$. En especial se prevé un fuerte incremento en las inversiones en tres ámbitos:
      • Inteligencia artificial y aprendizaje automático (en general), donde al margen de las aplicaciones preexistentes llama la atención el crecimiento de soluciones de SW de automatización de marketing impulsado por IA.
      • Análisis predictivos: mediante el análisis de datos de períodos pasados y del presente y su correlación con factores económicos, el entorno empresarial y patrones de comportamiento de usuarios, consumidores o clientes, las modernas herramientas de análisis predictivo permiten a las empresas realizar pronósticos fiables del futuro y preparar estrategias viables.
      • Ciberseguridad: para conservar su reputación y la confianza del cliente, la organización tiene la gran responsabilidad de proteger de infracciones y ataques tanto datos como aplicativos de gestión. Las brechas de seguridad son inevitables y por tanto deben asignar los fondos adecuados a las herramientas y tecnologías de ciberseguridad, así como contar con una estrategia que permita manejar crisis sin comprometer su integridad.
  21. Identidad digital. Políticas de privacidad transparentes y reequilibrio entre personalización y privacidad.
    • Tecnologías que permiten la autentificación digital segura y la gestión de identidades en línea, abocadas a resolver la falta de estándares que ha lastrado la aparición de soluciones eficaces.
    • Vivir una «vida digital» implica dar información personal (domicilios, mails, detalles de tarjetas, patrones de comportamiento…). El cliente exige una experiencia personalizada, pero tampoco se logra sin recopilar sus datos. Descifrar en cada caso la paradoja de la personalización y la privacidad será una prioridad. La privacidad y su protección se han convertido en una preocupación: la transparencia es imperativa y ayuda a las empresas a ser honestas sobre sus prácticas.
  22. Uso de startups, scaleups y otras fuentes de talento disponibles para cubrir el déficit de talento digital interno.
    • Las startups, scaleups y unicornios se convierten en figuras clave para impulsar la generación de talento digital, lo que influye directamente en la transformación de otras empresas, así como en el crecimiento de la economía del país.
    • Son cada vez más relevantes en la economía, con un efecto arrastre en cinco aspectos clave:
      • Atracción de inversiones: las startups y scaleups están creando un círculo virtuoso de atracción de inversiones a nivel nacional e internacional que amplifican en muchos casos el desarrollo de tecnologías digitales.
      • Talento digital: la figura de las startups y scaleups son clave tanto para generar empleo cualificado y formar talento digital en hubs regionales, como para fomentar la creación de equipos jóvenes, diversos y creativos.
      • Efecto multiplicador del emprendimiento: el crecimiento de los recursos disponibles de las startups y scaleups, así como sus casos de uso exitosos, están generando un círculo virtuoso por el que los emprendedores que han logrado éxito, canalizan parte de su patrimonio invirtiendo en proyectos, impulsando nuevos fondos de venture capital o apoyando el desarrollo del ecosistema.
      • Desarrollo y uso de herramientas tecnológicas: creadas desde la innovación e investigación. Si bien requieren importantes inversiones iniciales, una vez creadas, son fácilmente escalables. Muchas están creciendo gracias al desarrollo y uso de tecnologías digitales estratégicas como la Inteligencia Artificial, el 5G, infraestructuras cloud o SaaS.
      • Digitalización y tecnificación de sectores estratégicos: la aparición de scaleups y unicornios está fomentando la creación de sectores económicos nuevos, en nichos que no habían sido explotados hasta ahora. Además, están forzando a sus incumbentes a innovar para ser competitivos en el sector, impulsando sectores que habían tenido madurez digital reducida.
  23. Incorporación digital de empleados y clientes, con gamificación desde conceptos de TX (= CX+UX+EX+MX).
    • Para adoptar nuevas tecnologías y beneficiarse de ellas, las empresas deben invertir tiempo y recursos para incorporar a las personas que las utilizarán, tanto si son empleados de la organización, proveedores o clientes. No hacerlo genera pérdidas financieras, problemas de productividad y pérdida de tiempo general.
    • Esta incorporación debe favorecerse con soluciones gamificadas para entornos de negocio y en base a procesos diseñados desde criterios de Total Experience (TX), concepto que engloba a su vez a Customer Experience (CX), User Experience (UX) y Employer Experience (EX), en entornos Multiexperience (MX).
  24. La agilidad, máxima prioridad y forma de liderazgo digital.
    • La agilidad se traduce, en el nivel más bajo, en cobertura dinámica o recuperación dinámica: llegar a un punto en que la empresa no se está preparando para escenarios hipotéticos, sino que tiene en mente pasos prácticos reales de carácter dinámico para evitar sufrir disrupciones, procedan de donde procedan.
    • Reforzado por la pandemia, la adaptabilidad es la principal habilidad de los líderes efectivos: con herramientas, procesos y modelos mentales ágiles, pueden cambiar rápidamente un enfoque organizacional, gestionar incertidumbres, hacer frente a nuevas regulaciones y cumplir requisitos cambiantes del mercado.

Hasta aquí llega este post. Le seguirán al menos otros tres, mucho más breves y espero que más entretenidos, sobre tres conceptos que creo necesario resaltar como «novedades» que a mí me han generado reflexión:

  • Inteligencia artificial generativa.
  • Metaverso industrial.
  • Inmunidad digital.

Hace un año, en el artículo equivalente a éste, Julen Iturbe me interpelaba así: «¿Ni una mención a la ética? ¿Aceptamos que, como humanos, salimos ganando con todo esto? ¿Es por nuestro bien? 🤔».

Se ve que no interesa. Casi no hay menciones a nuestra implicación o a las implicaciones para la especie humana de todo esto, solo se habla de tecnología y de sus bellezas. Tal vez haya una reflexión suficientemente bien empaquetada (que ya no novedosa, me temo), como para dar cuerpo a un cuarto post adicional para esta especie de serie.

Tal vez…

Reflexiones: ser creativo

Hace ya bastante tiempo que les propuse en estas páginas ver atentamente el vídeo que CyC había grabado a Alfons Cornella hace ahora 8 años en su colección sobre reinventar el trabajo.

En él, Alfons nos advertía de que lo que estaba pasando a nuestro alrededor no se trataba ya de internet, sino de la masiva unión de productos conectados con inteligencia artificial, facilitada por el significativo abaratamiento de los sensores y por el extraordinario incremento de la capacidad de computación.

Las consecuencias de la expansión de los robots van a ser muy relevantes para el mundo que conocemos y, por ello, él postulaba que los humanos deberían concentrarse en aquello que nos hace mas esencialmente humanos, como la curiosidad o la creatividad y la capacidad de enfrentarse a la incertidumbre.

La explosión social de ChatGPT y, en general, de las herramientas de inteligencia artificial generativa, reabre ahora esa vieja discusión sobre si también la creatividad del ser humano puede ser ventajosamente suplantada por un robot: hoy, mediante la utilización de redes neuronales para el aprendizaje de máquinas (en la discusión sobre lo que es aprendizaje sí que no me voy a meter), una de esas herramientas es capaz de generar textos, imágenes o melodías que nunca antes habían existido y que ningún humano había producido nunca desde su imaginación o su capacidad de crear.

Quizá sea indiscutible que hay una cierta creatividad en ello, porque de hecho generan algo inédito y tangible, pero no puedo evitar que al mismo tiempo me quede una sensación de incomodidad con ese postulado: puedo pedirle a Midjourney que me genere una imagen de un elefante montado en una bicicleta guiada por una rana… y lo hará bien (parecerá una escena real de una película de epatantes efectos especiales si le hago las peticiones adecuadas), pero eso no significa que esa imagen tenga algún propósito que Midjourney haya tenido ni que sea de utilidad para nada en concreto… porque Midjourney no tiene necesidades.

Cuando me pongo a filosofar sobre un concepto, como es en este caso la creatividad, suele gustarme acudir a las fuentes, a la semántica y los significados formales del mismo. ¿Qué significa ser «creativo»?:

  • Según la primera acepción del diccionario de la RAE, creativo es aquél «que posee o estimula la capacidad de creación, invención, etc.». Es decir, que, formalmente, alguien puede ser creativo porque tenga esa capacidad… aunque no la use. 😮 La segunda acepción, «capaz de crear algo», no nos saca de dudas… 😉
  • Wikipedia ronda los mismos territorios: «la creatividad es la capacidad de crear nuevas ideas o conceptos, de nuevas asociaciones entre ideas y conceptos conocidos, que habitualmente producen soluciones originales». Aunque en este caso, me gustaría resaltar su extensión sobre «el ser creativo» y la curiosa conexión que realiza con las personalidades introvertidas… y sobre todo sobre el último tramo de la definición («producen soluciones originales»), porque incide en la utilidad mayoritaria de las ideas generadas.

Y es que, del mismo modo que con los años ha ido ganando terreno mi escepticismo en eso que se viene a llamar «inteligencia colectiva», cuando no se ejercita en las condiciones adecuadas y sobre todo con las personas adecuadas… también en eso que se considera «ser creativo» vengo notando que me sucede algo parecido.

«Es que XXX es muy creativo«. Solemos decirlo, incluso a veces con tono irónico o peyorativo, de personas que son capaces de generar ideas con facilidad, en general diferentes a las que el resto había sido capaz de pergeñar sobre un tema determinado. Personas que ejercitan el pensamiento lateral como una metralleta, produciendo diferentes alternativas desde distintos puntos de vista a razón de varias por minuto. Pero, con frecuencia, también personas que han desarrollado esas capacidades tan dinámicas enfocadas solo en la generación y no en la viabilidad, facticidad o utilidad de lo generado.

Creo que a esa definición de «ser creativo», además de capacidad de generar ideas nuevas o diferentes, le debería acompañar siempre capacidad de generar ideas «viables» o al menos con «propósito explicable».

Fíjense bien que no digo «interesantes», «valiosas» o «innovadoras», por poner algunos ejemplos, pero sí con un mínimo de sentido de oportunidad respecto del asunto que estemos tratando.

Dicho de otra manera, de poco sirven ideas que solo son un retorno a territorios comunes, ideas peregrinas que no responden al foco del problema en cuestión o ideas felices que se derrumban con estrépito al primer intento de fundamento que se haga medianamente en serio, por básico que sea.

Sé que en casi todas las técnicas de creatividad se propugna que haya un momento de «conversación azul», en que lo importante es el número y no la calidad de las ideas (ya llegará la «conversación roja»), porque cualquier idea, por peregrina que sea, puede ser un detonador o catalizador de otras ideas por parte de otros, que sí sean realmente potentes. Conozco la teoría y la he practicado intensivamente… pero también he vivido muchos ejercicios (pero muchos) en los que de cientos de «ideas» no se salva ni una sola cuando llega el momento de avanzar.

Creo sinceramente que una persona creativa lo es, sobre todo, cuando combina una gran capacidad de pensamiento lateral con un profundo conocimiento del entorno que se trabaja y de otros entornos paralelos o discordantes, porque es esa combinación la que permite generar idear realmente potentes, que permitan resolver problemas con enfoques imprevistos y mejores que los originales.

En resumen, que ser «creativo» debería ser no solo ser capaz de generar ideas, sino conciliar con solvencia «capacidad de crear» y «conocimiento», pensamiento lateral y pensamiento sistémico.

¿Cómo lo ven?

Vibraciones: de vacaciones

Piscina, buffet, playa, chiringuito, sandalias, terraza, sangría, verbena, helado, granizado, bañador, sombrilla, pueblo, hotel, descanso, chancletas, calor, bronceado, sombrero, recuerdo, mercadillo, fiesta, bikini, sandalias, brisa, mar…

Las palabras también tienen temporadas, como los tomates, el bonito, los melocotones o las naranjas… aunque se puedan consumir ahora durante todo el año.

Mmmmm… el verano…

Tal vez, estimados lectores, sean de los que añaden también palabras como libro, monumento, sombra o concierto a ésta época del año… pero da igual: es el momento de hacer cosas que no son habituales en el resto de nuestra actividad ordinaria.

Como cierre de telón, me he hecho una lista actualizada de los «to do» más importantes o urgentes, para antes del regreso de agosto. Tal vez caigan muchos, tal vez algunos, tal vez ninguno… ya se verá.

He llegado muy justito a este julio caluroso que estamos dejando atrás y no tengo demasiadas ganas de escribir nada sesudo, reflexivo, divertido o polémico, así que este mes se va a quedar así.

Disfruten de sus vacaciones, quienes puedan hacerlo… y nos leemos a la vuelta. 🙂